18.10.10

La esencia es inalterable o Eternidad

Las señas de identidad nunca se pierden.

Cuando, en el transcurso de su vida, una persona llega a un punto álgido y dulce de poderío demostrado en algún menester, no se da cuenta de la grandeza de que es capaz. Es cuando se baja de esa cima, voluntaria pero insconscientemente, sin reproches aquí, cuando el mecanismo empieza a funcionar, de forma que, al regresar a esa cumbre nevada de autoestima por segunda vez, es cuando de verdad se domina el poder que se posee.

Hoy me siento grande, poderoso, imparable. He vuelto a donde estaba, y se veía venir. En realidad ninguno lo veíais venir. Yo lo veía venir. Más bien, lo sentía.

Aquí estoy. He vuelto para quedarme. Eterno.

25.9.10

El amor de mi vida o El arte de descansar

Con ella he pasado los mejores momentos de mi vida. Podría acordarme de esas interminables noches adornadas con sueños de futuro, o bien esas tardes en las que todo es tedioso y aburrido, y ella me reconforta, me hace sentir mejor, me llena de energía.

Tampoco puedo olvidarme de esas noches fiesta, en las que ella, fiel a su filosofía de la vida, se queda en casa esperando a que vuelva, para olvidarse de todo el mal que causo, y recibirme con los brazos abiertos, para darme abrigo y cariño.

Todos esas mañanas en las que suena el despertador y tengo que dejarla ahí, sin poder remediarlo. Me duele mucho, pero tengo más vida aparte de ella, y lo comprende. Por eso la amo.

Jamás me separaré de tí, cama.

11.8.10

¿De qué? o Corre

Del peligro. Del miedo. Del dolor. De la mentira. Del placer. Del engaño. De la oscuridad. Del agua. De la policía. De tu familia. De la ignorancia. Del saber. De tus amigos. Del calor. Del frío. De quien te persigue. De quien quiere hacerte daño. De quien quiere hacerte feliz. De quien te impide ser feliz. De tu casa. De un bar. Del coche. De tu ciudad. De tu país.

Pero yo, yo huyo de mí mismo. Y de momento no me he alejado ni un poco. Nada.

Y tú, ¿de qué huyes?

27.7.10

La película de tu vida o Trascendencia

Resulta curioso cómo todo da vueltas en la vida. Cada giro argumental que da tu vida no tiene vuelta atrás. Además de curioso, es divertido. Pero sobre todo, es serio, importante, algo a tener siempre en cuenta. Acciones y reacciones, control y locura, calma o rabia, ira u odio... Vida o muerte.

En un segundo todo puede cambiar. Y lo mejor de todo es que no es una advertencia barata (por no decir gratuita) de esas que nos hacen cuando llevamos poco tiempo dando vueltas por el mundo.

Parece ser que cada uno de esos segundos, es trascendental. Quién sabe si dentro de un rato vas a seguir teniendo esa estúpida sonrisa que genera el amor, o esa cara de pocos amigos que te ha salido al darte cuenta de que la vida es una mierda; o quizá mañana a estas horas la vida se haya esfumado por tus poros y no puedas siquiera releer esto.

La vida es un drama que nosotros disfrazamos de comedia, terror, ciencia ficción o historia. Lo que nos plazca, mientras estemos vivos.

20.7.10

Vacaciones o Inventarse días

Un nuevo despertar siempre es mágico. Despiertas, y ves el sol colarse por las rendijas de la persiana. Significa que ya es de día, que la vida está ahí fuera. Puedes salir a buscarla ya, o dejarla esperar un rato, disfrutando mientras tanto de un desayuno en el jardín, con pájaros cantando y sintiendo esa ligera brisa mañanera.

Te dispones a salir de casa. ¿Voy aquí o allí? ¿Andando o en coche? La verdad es que no lo sé, porque puedo hacer lo que me venga en gana, afortunadamente. He pensado que sería buena idea plantear cada mañana de forma distinta, inventarme días. Es lo bonito de despertarse.

Cuando despertamos, dejamos de soñar para vivir, y cada día puede ser único, no como esa pesadilla recurrente.

Y no somos conscientes de que tenemos miles de amaneceres por delante, con sus miles de días por inventar.

Hoy me siento afortunado.

5.7.10

Diálogo anticipado o monólogo entre dos.

[...] y comenzó a caminar en su dirección, buscando espacio entre la multitud, moviéndose a duras penas, pero disparando sin piedad todas sus armas de mujer. Mientras, él, apoyado de espaldas a la barra, contó mentalmente los segundos que faltaban para que llegara y pronunciara algo. ¿Cómo sería su voz? Siempre se preguntaba eso, pero nunca importaba.

Se puso a su lado sutilmente, de cara a la barra.

- Impresiona tu control -empezó ella.
- ¿Perdona? -en su típica evasiva a cualquier situación. No es que hubiera escuchado mal, y ambos lo sabían.
- La manera en que, desde tu posición, observas todo fríamente. Tu mirada.

Era cierto. Jamás se movía de su sitio. Siempre permanecía parado, estático, sin inmutarse. Sonase la música que sonase, estuviese con quien estuviese, el ritmo vivía en su interior y jamás se manifestaba. Observaba. Callaba. Siempre.

- Supongo que eso que hacéis todos me aburre, no me llena en absoluto. De todas formas, ¿a qué viene eso?
- Te llevo estudiando un rato y...
- ... y no me muevo. Sólo miro. Y sé lo que has estado haciendo en los últimos minutos -cortó él en tono sobrio.
- El caso es que se ve que eres diferente -replicó con sonrisa pícara mientras pedía una bebida.
- Gracias por ayudarme a conocerme -en tono sarcástico, pero calmado, contestó- Y bien. ¿vas a decírmelo ya? Sé que tienes pensado decirme algo.
- ¡Vaya! ¿Para qué voy a decírtelo si ya sabes lo que es? -saltó rápido con indignación, pero sin moverse.
- Ehm... señorita, cuyo nombre no conozco, estás equivocada. Sé que tienes algo que decir, no el qué. ¿Comprendes? -fue su contestación viendo que su rival desmerecía.
- Claro... ahí he fallado.

"Bueno", pensó él, "al menos parece que rectifica, no es estúpida", y se limitó a contestar con un gesto muy propio de él, torciendo el morro a medio sonreir. Así.

- El caso es que... -siguió ella- ... me preguntaba si querías pasarlo bien esta noche. Diversión, ya sabes -dijo sonriendo dubitativamente.
- Es un halago, pero he de rechazar la generosa oferta... -respondió simulando pesadumbre- Seguro que la mayoría de todos estos -añadió con un gesto, como señalando el horizonte- podrían darte lo que pides sin rechistar lo más mínimo. Estarían encantados.
-¿Y por qué tú no? Ellos están vacíos, no me interesan, no valen.
- Porque no puedo, no sé complacer a una mujer. Y no, tampoco bailo, ya lo ves. Lo siento.

Ella le espetó un beso en la mejilla, recogió su vaso y se alejó. Él volvió a sumergirse en su combinado aderezado con vodka -que había estado esperando todo ese tiempo a su espalda, en la barra-, preguntándose cuándo sería el día que aparecería. El día que llegara aquella que le desarmase con palabras, que de verdad le dejara sin nada que decir. Quizá no existiese, o quizá nunca coincidirían. Daba igual.

Y da igual. Él vive a gusto así. Tranquilo.

28.6.10

Latidos o Cambio de dirección.

Definitivo. Eso espero, al menos. Cambio de rumbo, nueva ruta establecida. Dos meses de tórrido calor por delante para calcular cada detalle fríamente, a pesar de la temperatura ambiente, para que nada me pille por sorpresa. Me preocupo por lograr un poquito más de libertad, algo de paz y estar más tranquilo.

Vivir sin prisa, dejarme llevar por lo que siento, lo que me llena, no sufrir con agobios estúpidos que de nada sirven. O eso creo.

Sólo quiero tranquilidad.

23.6.10

Música o Sentimiento

Caminar por la calle susurrando algo, con cara alegre, con sentimiento. Levantarte de madrugada porque necesitas escuchar de nuevo esos acordes para poder mantener la cordura. Vivir con ritmo, que todo tenga sentido gracias a esa melodía. Para motivarte, para abrazarte cuando no hay ninguna persona que lo haga. Puede invitarte a reflexionar, o quizás te lleve a tomar una decisión.

Siéntelo. Cierras los ojos y flotas. Da igual qué género te guste más o menos, no importa si eres uno de esos intransigentes que detesta por sistema ciertos estilos. Seguro que en algún momento has sido capaz de sentirlo.

Música.

31.5.10

El pasado o Todos los días son mañana.

Detalles, recuerdos, cosas simples e insignificantes que alguna vez te han hecho sonreir. Piensa en ello. Cuando no tengas nada más que perder excepto el tiempo, siempre te quedará el pasado.

Puedes ser quien más sueños y miras de futuro tenga, puedes estar siempre concienzudamente esforzándote en todo lo que haces, que al final, cuando te despiertes a la mañana siguiente, lo único que tendrás será el pasado. Cada día que has vivido hasta ese momento.

Es en eso en lo que hay que trabajar, en que todos esos minutos vividos hayan merecido la pena. Hoy tienes que esforzarte, que darlo todo para que en un futuro, merezca la pena recordar un día cualquiera. Como hoy. O mañana. Cualquiera.

Al final, lo único que tienes es lo que has vivido, no lo que vivirás.

23.5.10

Amaneceres limitados o Cada segundo es un mundo

Cuando llega ese momento de tranquilidad; cuando te conformas con el día a día, con ver las rendijas de la persiana iluminadas cada mañana. Cuando comprendes que lo mejor que puedes hacer es aprovechar al máximo cada puñado sucesivo de veintipico horas, esos que se nos brindan sólo por haber nacido.

Cuando sabes que algún día todo se acabará, que todo esto es limitado, es cuando empiezas a vivir. Hasta que te mueras.

10.5.10

Liberación o Pérdida de tiempo

¿De qué sirve pedir deseos? Es inútil. Es un subterfugio igual de artificial que la religión. Expresar un deseo no es más que descubrir las esperanzas que se tienen puestas en algo. No vale para nada pedir un deseo. No vale para nada rezar. No existe beneficio ni recompensa por hacerlo. No existen más allá de los límites de la mente de quien formula el deseo u oración.

El alivio mental es lo único que se obtiene rogando nada a nadie. Qué queréis que os diga: yo prefiero escribir para descansar, para liberarme. Sí, pierdo el tiempo igual, pero me ayuda a crecer.

Ah, y no me miento a mí mismo.

4.5.10

Elegir o Errores

Dice una frase que me gusta mucho que "toda cuestión tiene dos puntos de vista: el nuestro y el equivocado".

Refleja cristalinamente la nula capacidad para razonar del humano medio, ya que es mucho más fácil repetir una idea ajena que intentar mejorar las propias con lo que nos aportan los demás.

Pero hoy no quiero hablar de eso, ya que sería demasiado largo y aburrido. Lo que me lleva días rondando por la azotea -allí, al sol, al lado de la ropa tendida- es todo lo que puede llegar a suponer cualquier decisión. Incluso hasta la que pueda parecer más inofensiva.

Elegir, optar por algo, significa descartar lo contrario, o el resto de la gama. Si bien puede no suceder nada grave, a menudo se convierte en un error flagrante. Al instante.

Errores. Toda decisión resulta ser errónea siempre. Basta con creer estar cerca de la solución adecuada para aproximarse más y más rápido al impasible error, a la clarividencia de la equivocación ineludible. Para darte cuenta de que te has equivocado.

Pero a él le da igual. Es omnipresente, está siempre ahí, acechando la conciencia del iluso. y también del sabio. Del joven y del anciano. Del muerto, y del que aun vive. Del que vuela y del que está siempre reprimido. Reprimido por miedo al error.

Hay que desterrar el miedo al error. Es imposible escapar de él.

28.4.10

Teatro o Jugar a vivir

Cuando se cierra el círculo es cuando llegas a comprender lo que antes parecía inexplicable. Cuando las cosas dan drásticamente la vuelta y cambias de posición en un segundo. Es cuando te ves en la tesitura en la que antes no comprendías cómo se podía actuar así...

Pero nada más lejos de la realidad: un instante basta para entender las motivaciones de quien te ha hecho daño, de quien te ha mentido y ha jugado contigo. La vida es una obra de teatro, y mi disfraz favorito es el mal humor. Me sienta bien.

25.4.10

Casualidad o El destino: mentira universal.

Todo es movimiento. Dicen que todo se mueve porque tiene un motivo por el que moverse, un final al que llegar. Un destino.

Las casualidades, resulta que no lo son en realidad, dicen. Resulta que esos caminos se cruzan porque estaban destinados a hacerlo. Caminos fijados previamente, por supuesto. Dicen, que vamos de un lado a otro de forma preestablecida, que cualquier suceso que presenciemos, persona que conozcamos, lugar en el que acabemos, no lo elegimos en realidad.

Nadie que crea así goza de mi palabra. Somos espíritus libres, tan sólo leyes escritas y otras mentales nos reprimen en ocasiones. La elección existe en realidad.

El destino, menudo invento para tristes amargados. Mi destino tiene y tendrá siempre nombre de aeropuerto, ciudad o persona.

La casualidad existe. Todo es causa de algo. Y algo siempre es causado por efecto de todo. Todo y algo.

21.4.10

El camino nunca es circular. Recuérdalo, Guillermo Díaz.

Hoy quisiera contaros una historia. La historia de un hombre que, en su inefable camino hacia la sabiduría, va aprendiendo de las cosas más inusitadas. En lo que nadie se fija, él clava su atención hasta añadir algo a su biblioteca mental. El hombre que defiende el detalle por encima de todo. El hombre que descubrió que el amor no es como la humanidad lo concibe, sino que está presente en todo lo que tenemos delante. Sólo hay que saber ver y tener noción exacta del tiempo.

Un buen día, cayó bajo el hechizo de una dama del Este, de finas formas y asombrosa belleza, pero que, por encima de eso, consiguió inspirar en el hombre del que os hablo un conocimiento que bien podría ser válido para todos aquellos que habitan el planeta y hacen uso de la razón.

Dijo que si algún día vas a quedarte prendado de una mujer, primero has de encapricharte, y enamorarte después, puesto que si lo haces al revés... estás perdido.

Y a esta conclusión llegó simplemente pensando en Ella, en la mujer que le tiene cautivo.

Guillermo Díaz tiene por nombre.

[Historia basada en hechos reales, y cualquier parecido con la realidad es totalmente intencionado]

16.4.10

El arte o Helarte

El arte o helarte.

Sorpresa o indiferencia. Eso es lo que puedes sentir cuando estás ante algo que alguien ha creado, que merece la pena, que es bello.

Si se trata de una sorpresa, puede ser que el creador se haya superado, o que el que presencia la creación subestime al mismo. La indiferencia viene cuando las expectativas se cumplen, cuando lo que presencias, es lo que esperabas.

Eso es arte. Cuando se cumplen o se superan las expectativas. Nadie habla nunca de las decepciones. Una decepción no es arte.

Cuando te quedas helado, sin reacción, aunque sea durante un breve espacio de tiempo, es cuando se alcanza el extremo. Decepción o sorpresa.

En la vida prima el término medio como virtud, dijo un hombre hace años. En el arte se busca el extremo, se busca sorprender, y al mismo tiempo se decepciona.

10.4.10

La gente da asco o Cómo nadie se procupa por el bienestar global

El niño caminaba, una noche más de tantas, solo. Veía cambiar el ángulo de su sombra, producida por las cíclicas farolas.

Aun recapacitando sobre lo que acababa de ver poco antes de despedirse hasta otro día de una de las pocas mentes lúcidas que siguen abogando por la razón y la inteligencia como clave del progeso, del bienestar.

Subía calle arriba, volviendo otra vez al corazón del peligro, pero sin miedo en el cuerpo, porque sabía que nada podía pasarle, porque ya era suficiente con la sangre que se había vertido hasta entonces... o, al menos, suficiente para aquella noche.

De repente, optó por levantar la vista, y se encontró con otra de esas mentes privilegiadas, y le advirtió de lo que había pasado. La violencia había vuelto a hacer acto de presencia entre la masa de la ciudad nocturna. "La gente da asco" era el mensaje. Él lo sabía, lo había visto, y prefirió no decir nada, como siempre.

Porque mientras las palabras sigan siendo tan poco valoradas en general, es mejor guardarlas para los que sí las aprecian, y para uno mismo.

Tan sólo un día más del chico mudo.

5.4.10

Pensar solo o Las opiniones inválidas.

Una vez, en el pasado, alguien cambió de opinión dos veces en medio segundo. Desde ese momento, las opiniones no me importan. Es entonces cuando se aprende que las opiniones nunca deberían haber importado.

Lo mejor es pensar solo,
destrozando los problemas.
Estar atento si te quemas,
porque pensar solo, quema:
y no buscar problemas,
porque ya vienen solos.

Exponer una duda o problema a alguien que tiene menos idea que uno mismo es muy esclarecedor para quien duda, e inútil globalmente.

3.4.10

Conócete a tí mismo o El egoísmo.

Conocer. Conocerse. Capacidad, límites, habilidades, opinión y sistema.

Siempre es uno mismo el que es capaz de conocerse a sí mismo. Sólo uno mismo puede llegar a conocerse mejor de lo que nadie puede llegar a conocer a cualquier otra persona. Saber hasta dónde podemos llegar, en qué momento nuestra barrera racional entra en juego, cuándo podemos vernos capaces de algo, o saber lo que realmente pensamos a algún respecto, ya sea trascendental o no. Todo esto conforma nuestro sistema racional, algo que sólo uno mismo puede llegar a conocer; una característica que sólo la propia persona puede llegar a desentrañar, siendo imposible hacerlo para nadie ajeno.

Nadie externo a nosotros puede tener verdadero conocimiento de nuestra situación real. Nadie es capaz de ver al completo el inevitable egoísmo que todos llevamos dentro tan sólo por ser humanos. Nadie sabrá nunca si una opinión es sincera, aunque ésta vaya acompañada de un "es broma" o un "sinceramente". Nadie puede saber la realidad acerca de otra persona. Sólo uno mismo puede conocerse.

Sí, los demás pueden tener una ligera idea, o nociones básicas respecto a alguien, ya sea por su grado de afinidad con ese alguien, o por su "habilidad" para conocer a las personas. Pero nada más lejos de la realidad.

Sólo tú puedes saberlo todo sobre tí. Sólo yo puedo saberlo todo sobre mí. Y así siempre. Siempre será así.

Cónocete a tí mismo, cree en tí, porque a la hora de la verdad, eres el único que puede ayudarte.

Además, ¿si no crees en tí, quién más va a hacerlo?

31.3.10

Juez y jurado. Juzgado.

Decisiones y puntos de vista. Inocencia.

Yo decido, elijo qué hacer o qué no. Puedo ver las cosas desde diferentes prismas, aunque siempre predomine uno, siempre se puede valorar o... juzgar algo viéndolo desde diferentes posiciones. Al final decido, ejecuto. El hecho de que sea lo acertado o no, no me corresponde. No existe la justicia, me baso en lo que me parece "lo mejor" o lo más razonable, eligiendo de entre todas esas formas de verlo.

Pero al final, ¿para qué? Siendo inocencia pura, se me acusa, se me persigue, y siempre tratan de dejarme mal. Soy inocente, y me envuelven siempre en lo que no me corresponde.

Soy mi propio juez y jurado y, al mismo tiempo, el juzgado. Soy inocente.

Soy la verdad.

30.3.10

Extraordinario: no superior, sino distinto.

No entiendo ese empeño que tiene la gente por causar siempre buena impresión. Me parece estúpido y lamentable, pero más alla de lo que me pueda parecer, afirmo que, en efecto, es artificial. Artificial porque no es lógico. Artificial porque no es razonable. Artificial porque no es beneficioso. Porque no es natural.

No sé cuántas veces se habrá visto y se verá: fachadas y apariencias, intentos de ser lo que no se es. Si no te quieres mostrar al resto como eres, no mereces tener derecho a mostrarte. Es así de simple. Acéptate de una puñetera vez y deja de jugar a las películas.

No entiendo el motivo por el que todo el mundo quiere seguir un estándar, un patrón cortado y prefijado por otros, por los demás; y lo peor de todo es que ésta se toma como la mejor opción. Me gustaría comprenderlo para, simplemente reafirmar mi posición.

Esa posición donde ser uno mismo es lo que prima, en la que lo verdaderamente único es lo bueno, y las copias múltiples no sorprenden, no aportan nada. A mí me gusta que lo exclusivo en las personas sea lo que mande, lo que sea el verdadero factor de discriminación, y no generalidades, no ser todos iguales.

Quien me conozca sabrá que impresionar y parecer decente no está entre mis prioridades.

Me gusta ese mundo en el que lo extraordinario es lo que realmente se valora.