4.5.10

Elegir o Errores

Dice una frase que me gusta mucho que "toda cuestión tiene dos puntos de vista: el nuestro y el equivocado".

Refleja cristalinamente la nula capacidad para razonar del humano medio, ya que es mucho más fácil repetir una idea ajena que intentar mejorar las propias con lo que nos aportan los demás.

Pero hoy no quiero hablar de eso, ya que sería demasiado largo y aburrido. Lo que me lleva días rondando por la azotea -allí, al sol, al lado de la ropa tendida- es todo lo que puede llegar a suponer cualquier decisión. Incluso hasta la que pueda parecer más inofensiva.

Elegir, optar por algo, significa descartar lo contrario, o el resto de la gama. Si bien puede no suceder nada grave, a menudo se convierte en un error flagrante. Al instante.

Errores. Toda decisión resulta ser errónea siempre. Basta con creer estar cerca de la solución adecuada para aproximarse más y más rápido al impasible error, a la clarividencia de la equivocación ineludible. Para darte cuenta de que te has equivocado.

Pero a él le da igual. Es omnipresente, está siempre ahí, acechando la conciencia del iluso. y también del sabio. Del joven y del anciano. Del muerto, y del que aun vive. Del que vuela y del que está siempre reprimido. Reprimido por miedo al error.

Hay que desterrar el miedo al error. Es imposible escapar de él.

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