21.4.10

El camino nunca es circular. Recuérdalo, Guillermo Díaz.

Hoy quisiera contaros una historia. La historia de un hombre que, en su inefable camino hacia la sabiduría, va aprendiendo de las cosas más inusitadas. En lo que nadie se fija, él clava su atención hasta añadir algo a su biblioteca mental. El hombre que defiende el detalle por encima de todo. El hombre que descubrió que el amor no es como la humanidad lo concibe, sino que está presente en todo lo que tenemos delante. Sólo hay que saber ver y tener noción exacta del tiempo.

Un buen día, cayó bajo el hechizo de una dama del Este, de finas formas y asombrosa belleza, pero que, por encima de eso, consiguió inspirar en el hombre del que os hablo un conocimiento que bien podría ser válido para todos aquellos que habitan el planeta y hacen uso de la razón.

Dijo que si algún día vas a quedarte prendado de una mujer, primero has de encapricharte, y enamorarte después, puesto que si lo haces al revés... estás perdido.

Y a esta conclusión llegó simplemente pensando en Ella, en la mujer que le tiene cautivo.

Guillermo Díaz tiene por nombre.

[Historia basada en hechos reales, y cualquier parecido con la realidad es totalmente intencionado]

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