21.3.11

MLT o Música, Literatura y Tiempo

Como un piano con las cuerdas rotas. Pulsas las teclas con el amor que solo un artesano pone en su tarea, en una sucesión de gestos que podría presuponerse bella, pero nada suena. Te sabes la melodía, la ejecutas, pero no escuchas nada.

Como un libro en blanco, sin escribir. Encuadernación perfecta, un puñado de centenares de páginas perfectamente alineadas. Ese olor a papel. La sensación física de tener un libro en la mano, desvanecida al abrirlo por la página que tenías marcada y ver que allí no hay nada.

Como un reloj parado. Sin pilas, sin cuerda, averiado. Miras el reloj para que dos agujas te digan cuánto tiempo te queda para poder irte de donde estás, o para que acabe el viaje. O quizá sopesando si te da tiempo a llegar a ese compromiso que habías olvidado. Ese reloj nos da una hora. Un dato convenido. Dicen que hasta un reloj estropeado marca bien la hora dos veces al día.

No hay comentarios:

Publicar un comentario